Disciplina China

viernes, 22 de enero de 2010

DOMA Y CASTIGO (III)

doma y castigo DOMA Y CASTIGO (III)

Doma y Castigo es el tercer nivel de la Disciplina China.

Con este nivel se cierra la Disciplina China pero también, a la vez, deja abierta la puerta a multitud de aventuras y encuentros de la D/s, donde la sumisa experimentará y se adentrará en nuevos caminos que la lleven a otros horizontes guiada por su Amo explorando con otros ojos hasta dónde es capaz de entregarse su sumisa.

El espíritu de la Doma es el bondage chino que no es otro que atar a la sumisa sintiéndose sometida y que comprenda por ella misma que su sumisión conduce a la perfección como mujer entregada. En este nivel se empezará por utilizar un bondage muy sencillo con elementos de sujeción fáciles para ir subiendo lentamente y acabar sujetando a la sumisa con cuerdas que la obliguen. Para ello se debe tener a la sumisa desnuda, sólo provista de sus zapatos –por aquello que no se contagie con el frío del suelo-, y se podrá empezar atándola con unas medias no pantys, o con unas vendas o unas corbatas en sus muñecas y en sus tobillos inmovilizándola en una cama o una silla. Este tipo de bondage deja libertad a la sumisa que aunque se siente dominada tiene cierta capacidad de movimiento y de libertad lo que si acompañamos a no vendarle los ojos le dará todavía más confianza en sí misma y en esa perseguida entrega que complazca también al Amo. Todo esto propiciará que podamos seguir sometiéndola más adelante utilizando dos rollos de film trasparente de cocina para momificarla desde sus tobillos hasta su cabeza, dejando libres su sexo, trasero y pechos así como una abertura en su nariz para que pueda respirar.

No quisiera olvidarme de hacer con frialdad un examen interior para conocer y saber de la sumisa porque es fácil que esté comprometida o tenga cónyuge o bien sea época estival donde las blusas, faldas o sandalias puedan delatar las marcas de las cuerdas con las consiguientes preguntas incómodas. Si vamos a sujetar a la sumisa hasta inmovilizarla siempre he optado por hacer esto con especial tacto y cierto cariño por eso he preferido vendar las zonas más visibles con anterioridad como son sus brazos, antebrazos, piernas y sus muslos antes de atarla con cuerdas. Con esto se logra que la sangre tenga facilidad de recircular y así ayudado de la poca tensión y fuerza ejercida con las cuerdas no dejan marca en la piel con moratones amarillos. Es también preferible utilizar cuerdas de escalar o de algodón –aunque tengan fecha de caducidad lo omitiremos para este menester-, mejor que las cuerdas tradicionales cuyo tacto es más áspero a la fina piel de la sumisa. No olvidemos que el sexo de la mujer es la extensión de su piel y podemos jugar con el bondage chino, cera y alguna fusta o flagelo para mezclar la Doma y elevar este momento de D/s inolvidable. Todas estas inmovilizaciones sí no son muy severas e implacables se les puede añadir el dolor constante y uniforme de unas pinzas preferiblemente de poca tensión en el muelle pues se trata de que la sumisa soporte el dolor y espire quejidos y lamentos para su Doma poniéndolas en partes sensibles como sus pechos, sus pezones o los labios de su sexo. Después recibirá su consolación dándole un masaje con nuestros dedos sobre las zonas sometidas sintiendo el Amo el gesto de alivio de su sumisa.

La Doma irá conjuntada y engrandecida con el Castigo del flagelo llamado disciplina. Es verdad que el Amo tiene el deber de y el haber de, tanto de instruir como de guiar, y a veces hay que acometer acciones a disgusto o en contra de la voluntad dejando al margen sentimientos para ganarse el respeto, virtud y honor en favor de las lágrimas desconsoladas y lloros amargos de la sumisa y dando así poder al proverbio chino:”Podrás olvidar con quien reíste pero jamás olvidarás con quien lloraste”. En esta senda de Castigo donde habrá que sancionar a la sumisa para corregirla y reconducirla siendo esta parte la más delicada pero que mejor deba tratar el Amo por el dolor directo que ejercita sin olvidar que de no hacerlo habrá un miedo a perder a la sumisa si ésta no se siente llenada o dominada, de igual manera que si a la sumisa se le traza un camino hacia una cumbre y ella pone o restringe su educación con límites, barreras o trabas estará por delante y encima del mismo Amo sin que éste se dé cuenta. Para esta lección de Castigo empezaremos dando confianza a la sumisa en sí misma reprendiéndola con la mano o alguna prenda de nuestro vestuario como es el cinto siguiendo esa misma prolongación de la mano para azotar con la fusta o el látigo. El cinturón de cuero al ser elástico y ancho, su dolor es más soportable y la sumisa aprende la lección más por el ruido que hace en su piel que por la marca que deja. La fusta utilizada en hípica es muy rígida y por lo tanto menos dúctil y es mejor una fusta flexible que por el ruido y la marca dejada localizada sirva para adoctrinar igual que el látigo corto sin que la ira ni el rencor influyan al Amo, utilizando estas disciplinas con frialdad y midiendo la fuerza y contundencia de los azotes porque es mejor una corrección y perfección que un escarmiento pues la entrega de la sumisa no está en torturarla sin sentido, sino en que ese mismo instinto implore clemencia, compasión, piedad y suplique misericordia para el perdón de su faltas. Recordemos que el sonido adoctrina con el restallar de la tralla en el suelo e igual que la sumisión de la sumisa arrodillada delante del Amo ofrecida a su suerte para ser flagelada es merecedora de saber azotarla con precisión y técnica dejándole marcas que muestren con orgullo el sello de su Amo pero sin dejar necesariamente desgarros en su piel con las consiguientes cicatrices. Es necesario y aconsejable combinar en el Castigo el tacto del Amo con la parte del cuerpo azotada para que así la sumisa sienta como de ella esa caricia que sale de nuestras manos dándole confianza y fidelidad en su entrega. Extender aloe vera de forma circular con una compresa esterilizada caliente con cierto mimo supondrá para el Amo que la sumisa se sienta relajada y tranquilizada.

Saber tratar todo esto en partes iguales de cariño, severidad, sensibilidad y dureza puede conllevar la unión sexual con el Amo aunque el sexo no es una finalidad sino una consecuencia de la D/s y a diferencia de la disciplina inglesa que se basa en castigo y excesivo spanking y la disciplina alemana que veja, humilla y utiliza a la sumisa denigrándolas como mujer primero y como mujer sumisa después, la Disciplina China traza un camino que ilumina el Amo y que a base de paciencia y confianza hace que la sumisa entregue su ser para complacer y ser complacida donde el placer del dolor se funde con la levitación de su alma y donde la adoración del Señor consiste en llevar a la sumisa al purgatorio del mismísimo infierno para elevarla a la gloria de los cielos. Al final de la oscura mazmorra hay una resplandeciente luz celeste que es el principio y final del universo donde está el reino de los cielos.

{Rey}