Disciplina China

sábado, 1 de junio de 2019

MIEDOS DE SUMISA

Mario Rey en sesión de Sado Piano
MIEDOS DE SUMISA

La sumisa tiene que pensar cruzar la línea hacia la verdad es resistir el golpe que supone el cambio de fuera hacia dentro de la realidad para ser sumisa. Tiene que cambiar tantas cosas que solamente la gracia y su sexto sentido puede ayudarla afrontar el cambio porque es un cambio total en las formas de vivir la sumisión y cualquier sumisa que viviera en serio esta vida se enamoraría de ella. Es un cambio muy duro totalmente distinto a lo que está acostumbrada. No vale hacerlo a medias y no vale no vivirlo con total entrega. No vale no buscar al amo con total entrega para servirle totalmente abierta a lo que él quiera porque ello no tendría ningún sentido la vida de sumisa aunque es duro, es maravilloso pero es difícil porque hay que darlo todo.

Se tiende a priorizar antes la aptitud sobre la actitud, pensando muchas veces que las aptitudes o las capacidades de una sumisa son más importantes que las aptitudes, lo que no puede estar más equivocado. La sumisa nace con una serie de aptitudes que cabe desarrollar y mejorar con el tiempo. Estas pueden ser físicas o intelectuales pero lo que la lleva a tener ciertas decisiones y a crecer como sumisa es su actitud ante la vida en el mundo BDSM.

Resumiendo, que para alcanzar el sueño del objetivo como sumisa es imprescindible una actitud adecuada. Una disposición comprometida y positiva ante la sumisión y el servilismo la proporciona energía y recursos para enfrentarse a los problemas. Esta actitud constructiva de la sumisa la lleva  a la acción y la ayuda a realizar cualquier proyecto: La buena actitud sumada a la aptitud da resultados más que excelentes a la sumisa.

Sería muy bueno que la sumisa hablara con el Amo pero sin compromisos. Sería muy bueno que en la relación amo-sumisa en ese tiempo en blanco o stanby, conocerse ajenos a lo que les rodea. Ser conscientes del mundo que vivimos. A veces se piensa que la vida de sumisa como algo muy oscuro, muy apartado de sentidos y sensaciones escondidas mezcladas entre el morbo y el sexo y lo que hay es mucho desconocimiento. Ven y mira por ti, mira como sumisa para conocer, nada vale más que mirar con tus propios ojos y mirar porque lo que quiere la sumisa es mirar, tocar y sentir para entender qué es dar el paso y entregarse como sumisa. Sólo así entenderá que necesita saciar la perra que lleva dentro enjaulada.

Sin embargo cuando lo ve todo tan claro y fácil la sumisa piensa que no puede ser todo tan sencillo y real y sobresalen en ella las desconfianzas que no son sino un acto reflejo para huir de la realidad con excusas de lo que la asusta aunque la atrae pero el miedo la frena. Ese miedo es algo que la descoloca y que la sumisa teme a sentir un sentimiento nuevo que aunque lo desea la descontrola a iniciarse en ese mundo de sumisión que no puede controlar por ella misma producto de su imaginación.

En esta reflexión de la entrega es cuando salen los amenazantes fantasmas en forma trabas y prejuicios que no son otros que miedos. La sumisa se pregunta ¿por qué tiene miedo? ¿por qué tiene miedo si el amo está con ella y dentro de ella?. La sumisa tiene miedos porque pueden pasar cosas malas, entonces el miedo es normal y el miedo es algo sano también porque el miedo la puede cuidar de ese seudo dominante o mal amo. El miedo sano es aquel que la sumisa es consciente de ello y el miedo en exceso hace daño y entonces ese miedo paraliza toda la voluntad de entrega de la sumisa. El miedo excesivo está siempre acompañado de la desconfianza en el amo y los miedos hay que enfocarlos, estudiarlos para superarlos. La sumisa no puede vivir totalmente enfocada a los miedos y el miedo debe de acabarse tarde o temprano porque hay que tener decisiones para afrontarlo, ¿cuántas cosas no se habrá perdido la sumisa por miedo?.

La vida de sumisa pasa, como todo y se pierde en ese momento mágico y bello si no se llena esa alma de sumisa y esa alma hay que cuidarla. El miedo va endureciendo el corazón y, entonces, se pierde el alma de sumisa sin llegar a ser por falta o carencia de esa entrega. En el mundo del BDSM no hay que tener miedo. Muchos miedos existen porque la sumisa ha oído antes que hay dolor o maltrato ¿cómo va a ocurrir eso si las sesiones son s.s.c. –sano, seguro, consensuado-, entre amo y sumisa? y eso nunca pasa porque se trata de otra cosa muy diferente.

La frase de Martín Luther King:el miedo toco la puerta, la fe la abrió y no había nadie. Los miedos son del cristal con que se mira, sacarle el lado bueno del BDSM, ver lo positivo porque muchas veces todo depende de la fe y la confianza con el amo. Hay sumisas que lo que les gusta es la pasividad, hurgando y buscando la parte negativa de la sumisa. La óptica y la visión es el secreto del BDSM para quitar miedos. Hay que mirar en el BDSM la entrega con la óptica positiva.
La sumisa tiene una circunstancia y esa circunstancia es ella misma, que es inalterable, en lo que quiere y desea en su mundo secreto y oculto. Si la circunstancia es negativa la sumisa es un ser de oscuridad, donde nada prospera ni en un presente ni cercano ni en un futuro ni lejano donde ella misma se condena al averno del mundo de vainilla.

La libertad y la felicidad está en el interior de la sumisa viviendo con dignidad su sumisión, sin faltarle lo básico de la entrega y sin pensar y estar atenta toda la vida al miedo escénico pensando en el futuro con preguntas que la atormentan la cabeza en una espiral negativa y que no llega a ninguna entrega. Los miedos son la sal de la vida. Una sumisa debe de tener en su interior un apartado lejos de todo para no meter sus problemas y mezclarlos con sus ideas y proyectos. Si el amo está al lado de la sumisa ella no debe de tener miedo porque el amo controla los miedos de la sumisa. Con los problemas y los miedos la sumisa debe de buscar el control del amo. La mayor parte de las cosas que la sumisa teme nunca ocurren y nunca pasan con la presencia del amo, confiando en él porque un buen amo no deja ni abandona a su sumisa con sus miedos que la alejan de la entrega.

Una vez acepta la sumisa sus miedos y límites puede superarlos si descubre sus partes débiles y las fuertes que la caracterizan es el momento de rebasarlas. Pero no para emular a otras sino para ampliar las fronteras mentales que se ha puesto en ser sumisa. Entonces tendrá el destino que haya merecido.

Existen dos clases de sumisas: Las que viven su vida y las que son meras espectadoras de la misma. Muchas sumisas se quejan de la existencia que llevan y escriben o hablan de lo que les gustaría hacer en realidad, pero, a pesar de ello no mueven un dedo por corregirlo ni por conseguirlo. Elijen la salida cómoda que es quejarse y culpar antes que ponerse a cambiar por dentro una misma y ponerse a trabajar el alma de sumisa paralizada.

Si quieres cambiar tu destino y empezar a crearlo, existen unos pasos que pueden ayudarte:

-Decide quién quieres ser.
Cuando miras hacia el futuro no veas lo que quieres hacer sino lo que quieres ser. Entrégate a tus sueños y tus pasiones de sumisa. Vívelo con intensidad.

-Sé honesta contigo misma y con los demás.
La coherencia personal es fundamental para la felicidad. Ser y sentir sumisa es un sentimiento y no es un traje o una máscara.

-Descubre pero no te dejes influenciar sistemáticamente.
Presta atención a las críticas constructivas y a las opiniones de los demás, pero no permitas que los pensamientos limitadores de los demás te frenen. Alrededor del BDSM hay literatura contraria a él.

-No te conformes con cualquier cosa.
Olvida el camino fácil y busca el que te vaya a suponer retos, aprendizaje y juego. Un amo sencillo y poco experimentado sólo te dará aquello puntual sin que crezcas en tu desarrollo como sumisa.

-Planea tu destino.
Decide qué quieres hacer y después planifica tus objetivos a corto y a medio plazo. Plantéate metas que puedas alcanzar, poco a poco, las cuales te llevarán a tu destino. Sólo aquellas sumisas que pueden ver lo invisible pueden conseguir lo imposible. Creer en tu visión es la clave para crear tu propio destino.

Mario Rey : Escritor y poeta en Sado.