Jesús Dios y Mario Rey en una Masterclass de batería |
Del sado hay que
tomad y comed porque este es el cuerpo de mi espíritu sádico evolucionado del
Marqués de Sade. Pero el sado con medida donde las sesiones D/s consensuadas
son el prólogo para que una sumisa, con su entrega, desarrolle su alma de perra
y más tarde esclava. No olvidemos la cita blíbica: “He aquí la esclava del
Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1,26-38). Tenemos como ejemplo a
María madre de Dios, entregada con su humildad y sencillez hasta ceder su
voluntad de esclava, porque en el fondo todo Amo y señor quiere una esclava o,
al menos, sumisa perra y en ese aspecto “Dios Padre todo poderoso, creador del
cielo y de la tierra” (oración del Credo) no iba a ser menos ni con sus deseos
ni con sus ilusiones o, si no ¿qué mujer no quiere agradar la voluntad de Dios
Padre?. Sumisa en un principio con pequeñas entregas la hacen y crean la
necesidad de ir un paso más y avanzar en su crecimiento como esclava. Cierto es
que la esclava no tiene voluntad y es aquí la entrega ciega y la fe que nuestro
Señor Jesucristo les da a la hora de confiar en un señor. Un señor que por
poseer a la sumisa ya es su Amo y dueño y con lo cual la confianza, ya sembrada
en un principio, adquiere dimensión, en cada sesión, de ir superando tanto esos
límites como escalones, donde los miedos y las dudas ya no forman parte de la
sumisa, sino que es por la confianza que ella deposita en su Amo. Aquí ya la
obtención del collar de perra ya es un aliciente cuyo roce siente la sumisa a
través de toda la piel de su cuerpo, ya sumisable para más tarde follable.
Durante el principio
de las primeras sesiones no hay que olvidar el servilismo para lo cual nació la
mujer, sumisa o no, donde ese carácter de sumisión otorga a su Amo un sinfín de
posibilidades, tanto en sado como en sexo. Es importante que la sumisa no
olvide su necesidad de ser penetrada y follada como la perra que es y nació
para ello, como función biológica y sexual. En ese aspecto la perra sumisa con
collar tendrá que ser follada tanto como mujer que necesita ser penetrada, como
sumisa follable a cuatro patas como el sentido de perra que es y no debe de
olvidar, donde aquí el sexo anal –inconfesable por otra parte-, la hace
sentirse en su interior la zorra que lleva y quiere complacer a su señor Amo.
El Amo imita a
nuestro Señor Jesucristo, al igual que él tuvo a María Magdalena que es la mujer
que le dio de beber (Juan 4:7-31) y ya se encariñó con Jesucristo sin dejarlo y
estando a su servicio. Esta mujer samaritana, de Samaria, no es la mujer
adúltera que Jesucristo redimió de ser lapidada (Juan 7:53-8:11), como tampoco
es la mujer pecadora que llorando ungió perfume a sus pies (Lucas 7:36-50) y tampoco
es la mujer que sufría de unas hemorragias por doce años y se sanó al tocar el
borde del manto de Jesucristo (Mateo 9:20) y donde él notó que le habían tocado
(Lucas 8:44-46). María Magdalena acompañó y estuvo con los Apóstoles y, por lo
tanto, permaneció en vida, muerte y resurrección del Maestro Jesucristo, antes
de él ascender a los cielos y donde los restos de ésta mujer reposan en Francia.
Al parecer Jesucristo y María Magdalena tuvieron dos hijos en los años que
estuvieron juntos y para lo cual fue follada por su Señor sintiéndose perra por
ello. Tampoco olvidemos que Jesucristo tuvo hermanos (Mateo 13:55-58), entonces
y por lo cual María madre de Dios y madre nuestra, no fue virgen, ya que Jesucristo
tuvo hermanos mayores y si, al parecer, fue concebida por obra y gracia del
espíritu santo (Lucas 1, 35), en este caso una mujer, al tener un hijo, tampoco
es virgen. Así pues su marido José, San José, ostenta por lo cual el pedestal
de la asociación de los cornudos s.a, ya que siempre hay un corneador el cual
la mujer –sumisa, zorra o puta-, necesita para sacarle los cuernos con
adulterio a su marido. Estas acciones no son infidelidades, pues la mujer como
tal necesita de esas aventuras sexuales y follables dentro del matrimonio, e
incluso dentro de La Biblia donde aparecen dieciséis mujeres se sabe, y
sabemos, pecadoras y adúlteras al menos tres de ellas pero ¿cuántas más
engrosarían este número si bien se conocieran?.
Hoy, en día, ni la
mujer más santa tiene dónde sacarse el pañuelo como la gitana. Tenemos pues la
mujer, sí, pero perra deseosa follable y enculable como zorra en secreto y, por
lo tanto sumisable. También es cierto que hay que ser muy buen Amo para sacarle
a la mujer zorra, la puta que lleva escondida dentro. El sexo es una sumisión y,
por lo tanto un inicio al mundo de Baudelaire, dónde sólo existe el más allá
con el poder de improvisación y técnica del Amo. Es el universo donde el reino
de los cielos empieza y termina con el firmamento y donde en la otra vida,
tierra y mundo existe un lugar donde el
amor y la felicidad se unen en la misma línea del cerebro, el placer y
felicidad en la misma parte de Amo y sumisa. Donde no es más el Amo machista ni
la sumisa feminista, sino que el placer de ser complacido se asemeja a la
entrega de la sumisa, ya puesta a disposición de su Amo, tanto en sado como en
sexo, donde cualquier momento es bueno, y hasta necesario, para que la sumisa al
ser follada es penetrada y grite como la perra que es y se siente así para su Amo.
Tomad el sado como
un juego de diversión y felicidad donde hacer las sesiones como prólogo de
otras futuras es lo esencial en este mundo de rol, donde cualquier mujer por
lesbiana que sea y presuma necesite de ser penetrada o bien por un hombre o
bien por algún objeto manipulable aunque sea por otra mujer que, a la vez,
querrá sentirse perra y puta envidiada de ser penetrada, aunque sea por un
pepino pelado que previamente haya sido enfriado en la nevera. Por muchas
fantasías o parafilias que habiten o consuelen la mente de la mujer, tarde o
temprano querrá ser entregada como la perra que lleva, aunque tenga principios
feministas, femifachas o feminazis.
Con esto resumimos
toda esta amalgama de criterios que si bien no son subjetivos ni personales
pues se basan en hechos o chascarrillos de la época donde es verdad se ha
manipulado la palabra de Dios en ese libro, al parecer sagrado, donde el
conocedor quiere que sea desconocido. Cierto es que queda el fondo ético y
moral de la fe, donde María la mujer sumisa, toma un papel fundamental entregando
su voluntad a Dios para convertirse, así, en una mujer esclava al servicio de
su Amo Dios, porque un Amo es un Dios para la sumisa y nuestro Padre creador no
va a ser menos que nosotros, y donde cualquier mujer del sentido que tenga
quisiera servir y complacer. Hasta una sesión de Needle-play conocida como
agujas sería un placer a la vista de Dios, porque una mujer taladrada con
agujas, decorada con lencería y entaconada siempre es bien dispuesta a comparar
ese dolor con el placer de sentirse perra follada para, así, no olvidarse de su
papel.
Nuestro Señor
Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos, amén que dispondrá de
María Magdalena para su goce y disfrute porque al igual que al Padre ¿qué mujer
no le gustaría complacer la voluntad de Jesucristo?. Los gustos sexuales de
Jesucristo Dios no los podemos saber, pero como circunciso es, normal en ellos
el crecimiento de la verga al no tener el prepucio, o sea, una buena polla para
goce de él y de la sumisa o perra que tenga a su disposición. Pruebas evidentes,
por otra parte, de la omnipotencia y omnisciencia.
Jesucristo Dios como
maestro nos da el tomad y comed y como tal, nos lo comemos en la eucaristía y
de la misma manera y forma tenemos cuerpo humano como él, que nos dio el Padre
para nuestro placer y deleite sexual, donde no deberíamos olvidar esas
ilusiones y deseos que pueden ser interpretadas de parafilias pero que, en
verdad, aumentan el placer y goce en el sexo a la vez que enriquecen las
relaciones de la pareja en muchas formas, donde la primera y fundamental es la
confianza donde nada existe fuera de ella entre Amo y sumisa. Pensar que lo
mejor de estas relaciones son la permanencia donde el amor es, a la vez, una
esclavitud sin olvidar todo lo vivido porque amores hechos con materiales de
derribo tienen fecha de caducidad, si lo que arrastramos es una colección de
reproches que no está bajo llave, ya que todo eso dificulta que la relación se
edifique sobre piedra para no derrumbarse (Mateo 7:24-27), entre Amo y sumisa.
Así pues, por todos los siglos:
Amos, tomad como ejemplo a Dios Padre todopoderoso omnisciente que quiso y tuvo a María como esclava para uso, gusto, placer y disfrute a su necesidad.
…sumisas, comed como ejemplo a María madre de Dios y aprender de ella con su discreción, humildad, sencillez, prudencia y silencio en su vida porque más se gana en secreto que por soberbia o pretender ser.
Mario Rey. La Biblia en Sado (extracto).
Ven Señor Jesús y enséñanos a tocar. |