Uno de los látigos que no consta en los tutoriales del
Spanking es el rebenque y en este aspecto he querido aportar esta disciplina
pero modificando tanto sus medidas originales como sus dimensiones añadiendo,
además, el mango de plata; idea que adopté de un rebenque similar que Cristina
Fernández de Kirchner le regaló a Hugo Chávez.
La medida total del rebenque debe de ser de 76 centímetros aproximadamente,
teniendo su cuero una longitud de 42 cm por cuatro cm de ancho y siendo su
mango de 34 cm cuya empuñadura tiene que tener 13 cm de longitud adaptándose
así como si se tratara la prolongación de una extremidad de la mano.
El rebenque debe de ser utilizado, principalmente, para
castigos y doma de la sumisa y nunca para correcciones o faltas y siempre,
anteriormente, preparando la piel con otras disciplinas de inferior intensidad
pero que asciendan en aumento. Si bien es verdad que en la Disciplina Inglesa
la srta spankee no es una sumisa y el Master Spanker no ejerce como Amo y por
lo tanto se requiere el castigo por la falta o el error por tratarse
directamente de Spanking.
Para preparar la piel se necesita práctica y oficio con
cierto trato y delicadeza al principio ya que durante los primeros veinte
minutos de sesión de Spanking el cerebro de la sumisa segrega endorfinas que es
una sustancia analgésica que contiene opiáceas que prepara la piel para el
castigo impuesto.
La piel durante el castigo con esta disciplina se enrojece y
si se prosigue pasa a un color más oscuro en su consecuencia cuyas marcas
tardan en desaparecer de la piel unos quince días. También recordar, otra vez,
ese trato exquisito y cuidado delicado en la utilización del rebenque ya que el
cuero duplica tanto la velocidad de la mano como la intensidad de los latigazos
al utilizarse con ese mango ideado como si se tratase de un florete.
Quisiera agradecer al maestro orfebre joyero José Raúl Costa
de Corrientes (Argentina) ya no por su ciudad donde mejor curten el cuero del
mundo sino también su enorme paciencia en los seis meses que tardó en construir
este rebenque tanto por sus modificaciones en sus medidas como por el diseño de
mi collar y nombre hasta alcanzar el objetivo estético que deseé y que sin su
ayuda y profesionalidad no hubiese sido posible.